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Vuelve el sol en estos primeros días de otoño, las temperaturas han subido y como aquí en el norte nunca se sabe cuando va a hacer otra vez buen tiempo, nos hemos escapado a uno de nuestros sitios favoritos para ir a la playa y pasear por sus zonas verdes,siempre que venimos fantaseamos con venirnos aquí a vivir,es nuestro pueblo favorito porque para nosotros lo tiene casi todo sobre todo zonas verdes,monte,pocos habitantes, puerto,paseos,mar y playa,ojala lo podamos hacer algún día.

Mientras fantaseamos siempre que podemos nos acercamos con el coche,se tarda unos cuarenta minutos,y la peque siempre se lo pasa bien allí,que mas podemos decir, a mucha gente a lo mejor no le gustaría este lugar porque en invierno se queda como un pueblo fantasma y en verano triplica la población pero para nosotros que no somos de salir demasiado sería ideal porque con un trozo de verde a mano y si encima hay playa somos los mas felices del mundo.

De momento nos hemos conformado con disfrutar de su sol de otoño este fin de semana de septiembre que va llegando a su fin y hemos cargado las pilas los tres, andábamos apagados con estos cambios repentinos como la escuela,trabajo,falta de luz y este día en nuestro sitio de los sueños nos ha venido genial sobre todo a la peque que ha disfrutado lo mas que ha podido, ya que el agua y la arena son los sitios donde mas se encuentra en su salsa.

De camino a la playa pasamos por los pinos y recogimos alguna bellota y unas piñas, recolectando para hacer la mesa de otoño, y también vimos un montón de caracolillos, a la peque le fascinan últimamente todos los bichillos que descubre.

Y ya en la playa se dio un baño, salto olas, cogio piedras para adornar su castillo, hizo la croqueta y corrió un montón por todos los lados, me encanta mirarla con esa sensación de libertad y felicidad, esa que solo los niños desprenden cuando corren y gritan de alegría,es algo único.

 Y nos fuimos felices a casa los tres, ella con sus piedras del castillo en una bolsa, no quiso dejarlas que se las lleva el agua jeje, así que con este cargamento iba tan contenta por el camino de vuelta, esperando que vengan más días de otoño así de bonitos.